Cada rama del
entretenimiento en España organiza anualmente una gran fiesta. Es un acto de
autoafirmación y una demostración de poderío. En la música, con la industria
discográfica de capa caída desde hace tanto tiempo que ya no queda casi nadie
que recuerde tiempos mejores (ayer se hizo público que las ventas de discos
cayeron en 2012 otro 5%), la gala de los Premios 40 Principales Ballantines
ocupa ese lugar. Es la noche en la que el Olimpo, con sus dioses, sus semidioses
y sus acólitos baja a la tierra a saludar a sus fieles. Tantos había en el
Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid que el obligatorio paso por la
alfombra roja fue casi tan largo como la gala.
Unos 10.000 espectadores
fueron testigos de la entrega de los premios concedidos por el público de la mas
importante radiofórmula en español. Los 40 Principales es "la emisora de los
éxitos", dijo el presentador de esta séptima edición, Toni Aguilar. Alejandro
Sanz fue el gran ganador en esta edición. Se llevó tres trofeos, los
correspondientes a mejor álbum por La música no se toca; mejor
videoclip por No me compares y un premio especial a mejor artista
español del siglo XXI. El madrileño, que en diciembre cumplió 44 años, es el
Julio Iglesias de su generación. Como su predecesor, Sanz es un artista que se
mueve con soltura en la canción melódica y que tiene enganche con un público
familiar, lo que significa ser capaz de aunar entre sus millones de oyentes a
tres generaciones. Pero en lo que ha seguido casi al pie de la letra el
modelo Iglesias es en utilizar Miami como trampolín para conquistar el
mercado latinoamericano, porque lo que separa a los titanes comerciales de los
benjamines es su posición al otro lado del Atlántico. Las cifras con las que se
ilustraron las razones para merecer el trofeo eran indiscutibles. En especial
una, 22 millones de discos vendidos. Todo ha girado en torno a él. Interpretó
Mi marciana acompañado por China Lin, Bebe y Leyre de La oreja de Van
Gogh; le entregó uno de los premios el futbolista Sergio Ramos, y él a su vez le
dio a Alicia Keys el de mejor artista y compositora estadounidense de la última
década. Juntos interpretaron Looking for paradise, como si fueran Julio
Iglesias y Barbra Streisand. Sanz incluso dio el relevo a Pablo Alborán,
dedicándole uno de los premios, "porque estoy muy orgulloso de que aparezcan
artistas así en España". Pablo Alborán, se hizo con dos premios: mejor artista
nacional y mejor canción, por Te he echado de menos. El malagueño de 23
años se ha convertido en el chico de oro del pop español. El 1 de febrero se
cumplirán 24 meses desde que su debut llegó a las tiendas y en 2012 ha colocado
tres discos suyos entre los cinco más vendidos. Eso hace de él el músico más
vendedor en España del año pasado, dejando en tercera posición a Alejandro Sanz,
y en cuarta al fenómeno internacional de Adele, que se hizo con el galardón
correspondiente a mejor canción internacional por Someone like you.