4 mar 2013
Alejandro Sanz enamoró Rosario
No hay dudas, Alejandro
Sanz conquista a quien se proponga. La poesía presente a lo largo y ancho de su
extenso repertorio y sus románticas melodías son el pasaporte al paraíso para
las amantes del cantante español. Y fue al paraíso precisamente donde Ale Sanz
trasladó a más de 6 mil espectadores, en su mayoría mujeres, el sábado en el
salón Metropolitano. El cantautor llegó a Rosario en el marco de su tour "La
música no se toca" donde presentó su último álbum homónimo a la gira y recorrió
los grandes éxitos de su carrera que hicieron historia. Sanz arribó a Rosario el
mismo sábado, pocas horas antes del show acompañado de su esposa y su pequeño
hijo y su numeroso staff. Para su camarín, el astro no pidió nada fuera de lo
normal, ya que, según fuentes cercanas a la producción, es un artista muy simple
que carece de pedidos excéntricos. La expectativa por ver al cantante crecía
minuto a minuto y a las 21.30 puntual "Llamando a la mujer acción" marcó el
comienzo de un show inolvidable. Con guitarra en mano, vistiendo un traje negro
y collares plateados, Sanz fue ovacionado por el público al grito unánime de:
"Olé olé olé olé, Ale, Ale", que se escuchó incesantemente durante todo el
concierto. "¡Vamos Argentina!", gritó el cantante. Cálido y portador de
una notable simpatía, Sanz expresó estar emocionado y feliz por su show en
Rosario. Hits. "Cómo decir sin andar diciendo" y "Se vende", ambas
pertenecientes a su último material discográfico "La música no se toca", le
antecedieron al medley que el cantante preparó especialmente para este show,
según contó. "Les tengo preparado un compilado con algunas canciones a ver
si les gusta", dijo el cantante. Y así empezaron a sonar "Nuestro amor será
leyenda", "El alma al aire", "La Habana" y "Quisiera ser", todos hits
inolvidables del español. Entre cada canción, el artista hasta se animó a
algunos movimientos sexies que hicieron que aumentara la temperatura de las
miles de fans que gritaban explícitamente: "Que lo tiren a la hinchada". Y el
clímax del recital se produjo cuando empezaron a sonar los primeros segundos de
"Cuando nadie me ve", el hit de su disco "El alma al aire" que el español cantó
envuelto en un universo de luces blancas de leds que bajaban desde el cielo
formando un panorama en tres dimensiones. El público fue quien cantó completo el
estribillo de este clásico. "Ahora les quiero cantar una canción que escribí
hace tres semanas y la quiero estrenar aquí. Si les gusta, aplaudan", dijo
desafiante el español. Pero lo suyo se trataba de una broma, ya que la canción
que sonó fue "Mi soledad y yo", un clásico de su disco "Alejandro Sanz 3".
"¿Cómo se sienten Rosario?", exclamó Sanz más eufórico que nunca y
provocó la ovación de las fans. "¿Quién llenará de primaveras este enero y
bajará la luna para que juguemos?", rezaba el cantante con su guitarra
conquistando al público con su "Corazón partío". Le siguieron una brillante
versión de "No es lo mismo" y "Looking for paradise". "Es un placer estar
aquí", dijo Sanz con la bandera argentina sobre sus hombros y como anticipo
de lo inevitable: el final del show. De este modo sonó "La música no se toca",
la canción que abre el disco homónimo y que le da nombre al tour del español.
Pero cuando parecía que el concierto había culminado, Sanz volvió con más fuerza
que nunca para regalarle al público dos joyas de su discografía; "Amiga mía" y
"Y si fuera ella", que redondeó el final del show. Euforia incesante, poesía y
carisma, pasión y romance, fueron los condimentos preponderantes del gran show
de Alejandro Sanz en Rosario. El cantante madrileño estuvo acompañado de doce
músicos, en su mayoría mujeres, que desplegaron glamour y talento en una noche
inolvidable donde resonaron en cada corazón los clásicos de siempre y aquellas
canciones nuevas que hacen que Sanz se reinvente cada año para seguir
deslumbrando con su arte.