12 jun 2013

Alejandro Sanz enamora al público valenciano

Cerca de 11.000 personas han vibrado en la noche de este miércoles en la Marina Real de Valencia en el concierto ofrecido por Alejandro Sanz, un espectáculo con potentes efectos digitales sobre el escenario en el que el cantautor ha repasado los temas de su último disco, aunque sin olvidar los guiños a sus grandes éxitos, que han vuelto a enamorar a las varias generaciones asistentes. El concierto, enmarcado en la gira La música no se toca, ha comenzado pasadas las 22.00 horas, con unos minutos de retraso para poder resaltar el espectacular juego de luces e imágenes que ha acompañado al artista durante toda la actuación. Con "Llamando a la mujer acción", Alejandro Sanz se ha presentado ante el entregado público con su guitarra, vaqueros y chaqueta negra, antes de animar a los asistentes con un "vámonos, Valencia". "Qué gusto estar aquí, es nuestra noche, va por ustedes, disfrútenlo", ha exclamado. Durante las cerca de dos horas de recital —en las que se ha atrevido con el valenciano al desear "bona nit" a sus fieles y entonar algún "amunt Valencia", tras cenar arroz con bogavante—, el madrileño ha recorrido su último trabajo con temas como "Cómo decir sin andar diciendo", "Se vende" o "No me compares", entrelazados con clásicos como "Mi soledad y yo", uno de los más aclamados, "Cuando nadie me ve" o el clásico "Corazón partío". Tras "Camino de rosas", el artista ha aprovechado para animar al público a luchar por la utopía y ha confesado que cuando le dijo a su madre que quería ser cantante, ésta le dijo que era una utopía. "Entonces busqué la mejor definición de utopía y ví que era una línea en el horizonte que según te acercabas se iba alejando, para eso sirve la utopía, caminemos", ha insistido. A pesar de los 11.000 vatios de sonido y del amplio despliegue tecnológico, el viento ha impedido que se pudieran instalar las pantallas laterales, según ha explicado el propio cantante, que ha recalcado que la decisión se ha tomado por la seguridad del público. Durante el concierto han sido muchos los móviles al aire para captar el momento, las manos en alto al son de la música, especialmente en temas como "No es lo mismo" o "Looking for paradise", que ha interpretado junto a la corista de la banda Sarah Divine. En las canciones más románticas han sido muchas las parejas que han bailado abrazadas, momentos que han contrastado con la fuerza de algunos solos de guitarra. Los fans han pedido insistentemente a Alejandro Sanz que se subiera al piano, tema con el que el propio artista ha bromeado - "voy a oíros en sueños", ha dicho—, aunque finalmente no ha complacido al público y no se ha puesto sobre el piano, y tampoco lo ha tocado. Sí ha estado pegado a la guitarra en buena parte del recital. Tras concluir con el tema que da nombre a su último disco, los asistentes han reclamado de nuevo su presencia sobre el escenario, que ha culminado con "Mi marciana" y dos clásicos, "Amiga mía" y "Y si fuera ella".