29 oct 2013

Sanz, un receloso de su vida privada

Las giras son como cuando viajas a Las Vegas, todo lo que hagas o pase en ella, se queda en ella”. Una forma elegante que utiliza Alejandro Sanz para no dar detalles de lo que ha sido su tour mundial "La música no se toca", que ya pasó por Colombia y que como cierre, será editado en formato DVD, para que el intérprete le dé espacio al compositor, y pueda crear las canciones para su nuevo álbum. “Viajamos por los países con este mensaje, "La música no se toca", que es más que el título de un álbum o de una gira, es una declaración de principios. En estos momentos donde todo parece haber cambiado en la industria discográfica, lanzamos una declaración de principios, sabiendo que todo se transforma, pero hay cosas que no se negocian, como la música, las canciones”, afirmó Sanz. Lo interesante, es que el artista se apoyó en el talento colombiano para su nueva música, de la mano del productor nacional Julio Reyes. “Es muy fácil trabajar con él, con los aromas de su tierra. Es interesante y bueno tenerlo al lado, con su creatividad, pero a la vez, no dejas de tener tú la dirección de este proyecto, donde tienes el concepto en la cabeza y tomas las decisiones finales”. Para Alejandro Sanz, los cambios en la música hay que analizarlos con cuidado, el cambio de las costumbres en el consumo de las canciones. "Antes comprabas un disco y había todo un rito para disfrutarlo, exprimías todo su potencial y lo escuchabas mil veces porque no era tan fácil hacerse con uno. Hoy en día se consumen canciones a la ligera sin pensarlo mucho. Ya no hay tiempo para consolidar una canción porque pronto se ve eclipsada por una nueva, y es casi imposible crear clásicos. Yo soy de la vieja escuela y mis fans siempre me han visto hacer discos, así que no creo que los deje de hacer. 'La música no se toca' no es solo un álbum, es una declaración de principios: la música y las canciones ya no se negocian". Ha probado mil formas de componer, dice, pero para el álbum "La música no se toca", volvió a los métodos antiguos, los que probó en sus discos de los años 90, “siempre dejo la piel en los discos, pero esta vez creo que he retado a mi salud mental”. Sanz, gracias a su éxito y amplia trayectoria, es una voz autorizada para hablar sobre la música, la crisis discográfica y el posible futuro de toda esta industria.
-¿Difícil mantener sana la música en medio de una industria en crisis como la discográfica?
-Es difícil, pero como cada vez venden menos, solo pueden dejar que vuelen libres los artistas (risas). Creo que lo importante es que los artistas no nos volvamos parte de la industria. Ellos son una cosa y los músicos otra. En el momento en que se deje de vender música, ellos pasarán a vender calcetines, porque son multinacionales que no tienen alma, que les da igual vender música que cualquier otra cosa.
-¿Complicado trabajar con una industria sin alma?
-No mientras cada cual asuma su lugar. En mi caso, yo no les digo cómo vender discos y ellos no me dicen cómo hacer más música.
-¿Y los dúos?
-Es fantástico y la verdad creo que me siento con el poder para hacer este tipo de experimentos. Es una tendencia mundial poder trabajar entre artistas sin tener que recurrir a las compañías de discos, sino que sea algo tan natural como la música misma, para que la música siga sana. Lo importante es hacerlo por amor al arte.
-Ya es referente de las nuevas generaciones de artistas...
-Yo siempre he sentido responsabilidad ante la música. Uno debe tener compromiso con el trabajo que hace. Gracias a esto la gente se acerca a tu música y se vuelve la banda sonora de buena parte de su vida. Tengo fans desde hace más de 18 años, toda una vida. En cuanto a los colegas es lo mismo. Así como yo tomé como referencia a músicos responsables que dejaron un legado, uno espera sembrar algo para el mañana.
-¿Cómo es Alejandro Sanz en la intimidad de un estudio de grabación?
-Allí las relaciones con los músicos no son tan idílicas como en el escenario. Tal vez esto se deba a que soy bastante impulsivo e intenso y eso hace que tienda muchas veces a ‘cabrearme’ (risas), pero es una relación lógica de trabajo. En el estudio, como en el escenario o la vida diaria soy el mismo, lo que pasa es que me tomo muy en serio mis cosas.
-¿Por que suele hacer discos de diez canciones?
-Suelo tener muchas más canciones y algunas de ellas van al área digital, pero tengo una especie de superstición de hacer álbumes de diez canciones.
-¿Alguna otra superstición?
-No soy muy supersticioso porque da mala suerte (risas). Prefiero pensar que es una manía o nostalgia de los viejos álbumes.