8 mar 2015

"No soy muy de cambiar pañales, para qué nos vamos a engañar"

Tranquilo, cercano, con ganas de hablar y una actitud ante los medios tan de tú a tú que dista mucho de la que a veces presentan las estrellas internacionales, lo que es él. Alejandro Sanz (Madrid, 1968) es grande, muy grande, y está pletórico. Así se mostró en los Premios Cadena Dial 2014, que se celebraron el pasado jueves en Tenerife. La gran fiesta de la música en español conmemoraba además la gala del 25 aniversario de Dial y premiar a Sanz era casi una obligación, una evidencia. Fernando Tejero entregó el galardón al músico madrileño de ancestros andaluces -su padre era natural de Algeciras y su madre de Alcalá de los Gazules, por lo que lleva a Cádiz en las venas- pero no fue el único amigo con el que se encontró, también David Bisbal o Malú anduvieron por el Recinto Ferial tinerfeño, donde tuvo lugar la cita musical. Padre de cuatro hijos y felizmente casado con Raquel Perera, Sanz mostró por primera vez en un escenario de todo el planeta su nuevo single, Un zombie a la intemperie, y lo hizo "con vértigo". Quiso que la exclusiva mundial fuera en España y de la mano de Dial, la emisora que le ha acompañado a lo largo de su larga carrera. Pero no sólo habló de música, también de su larga estancia en España, donde está grabando La Voz como uno de los coaches junto a Laura Paussini, Malú y Antonio Orozco; de su faceta como empresario y diseñador junto a su esposa con la firma Rosas & Beats y, cómo no, de su vida familiar, a la que recientemente se incorporó la pequeña Alma, de tan sólo siete meses.
-Está atravesando una buenísima etapa. Disco nuevo, proyectos, trabajando en La Voz... Y encima en su país, en España.
-Estoy muy contento, son muchas cosas las que me están pasando en estos meses y todas buenas. La vivo con toda la ilusión y muchas ganas. Además de en la música, estoy muy involucrado en La Voz, me motiva mucho compartir esos momentos con gente que está empezando; ese entusiasmo y optimismo con el que viven todo me acaba contagiando. Me encanta la frescura que tienen.
-Con diferencias pero le recordará a sus inicios. 
-Ya casi no me acuerdo de mis inicios (ríe).
-¿Qué está siendo lo más complicado?
-Sin duda tener que decidir quién sigue y quién se va. Intento ser lo más justo posible, hay mucho talento y un nivel muy grande. Y bueno, mientras estén en televisión para que la gente los pueda ver siempre es positivo, pase lo que pase. -En sus inicios, ¿hubiese sido capaz de enfrentarse a una audición a ciegas?
-No, cuando empecé no existía y creo que no. Ni siquiera me he parado a pensarlo, pero sinceramente no cambiaría nada de lo que he vivido porque igual hoy no estaríamos tú y yo aquí hablando.
-¿Qué tal el feeling con sus compañeros? ¿Estáis siendo muy gamberretes?
-¡Genial! Adelanto que Laura Paussini va a sorprender mucho, es italianísima ella. 
-¿Le hace ilusión que sus hijos pasen más tiempo en España? Esta larga estancia, en la que además no viaja tanto, le estará permitiendo disfrutar más de la familia. 
-Muchísima ilusión, cómo no. Me encanta que mis hijos estén en España y la conozcan mejor. En cuanto a pasar más tiempo con ellos... Tampoco ha cambiado tanto la cosa porque yo los veo mucho. Están conmigo siempre. -¿Alguno apunta maneras musicales? 
-Todavía es muy pronto para decirlo, y yo no quiero forzarles a que hagan absolutamente nada. Yo lo que quiero es que sean felices. Son buenos niños y tienen muy buen corazón, y para mí eso es lo importante. Manuela, que es la más mayor, está ya en la edad del pavo... -¿Le da miedo esas edad?
-Sí, pero bueno me tranquiliza que sea tan buena niña. Hay que pasarla.  -¿Es un padre muy protector? 
-No, para nada. Simplemente tengo un batín balinés para ponérmelo el día que venga a casa el primer novio de Manuela. Son de estos cortitos, como de seda; con ése le voy a recibir. -Se parecen mucho a usted sus retoños.
-Sí , sí. Se parecen mucho. No es que mis genes sean buenos pero parece que sí bastante insistentes. -¿Y más familia? 
-Más familia… De momento, no. Me voy a plantar un poquito. Alma es muy pequeñita. -¿Cambia muchos pañales?
-No voy a mentir, no soy de cambiar pañales. Pero lo hago por ella, por mi hija, para que duerma a gusto.
-¿Cómo está funcionando la firma?
-Muy bien, ahí estamos hablando con distintas empresas para que la distribuyan y todo eso.  -¿Está muy volcado en el tema del diseño?
-Yo estoy más en lo mío, en la música, y dejo a Raquel (Perera) que lleve el timón. -Un zombie en la intemperie, su nueva canción, otro pelotazo...
-Estoy muy contento, de momento tengo muy buenas sensaciones. Cuando haces una canción y te llevas más de un año encerrado en un estudio siempre te haces tus propias expectativas.  -¿Sigue sintiendo el vértigo?
-Cuando llega el momento de mostrar tu trabajo de tanto tiempo siempre se siente. -Pero se están cumpliendo esas expectativas.
-Sí, se están cumpliendo afortunadamente. -Además, te vemos muy bien acompañado en el videoclip de la canción...
-Sí, la verdad que Inma (Cuesta) y Marta (Etura) son geniales, trabajar con ellas es un lujo, un gran lujo.