7 may 2015

Alejandro Sanz: "Cada vez necesito menos cosas"

Alejandro Sanz lleva casi 25 años de carrera a sus espaldas. Es uno de los artistas españoles más internacionales. Y el más vendedor. Y este mes estrena nuevo disco: 'Sirope'. Mientras, cambia los pañales de su hija de diez meses, Alma.
«Han sido 14 horas de trabajo diarias durante ocho meses, más cuatro meses de grabación». Alejandro Sanz (Madrid, 1968) ha volcado sus energías del último año en su nuevo disco, 'Sirope', el décimo de su discografía, que sale a la venta el 4 de mayo. Un título que parece hecho a la medida del momento dulce que está viviendo: dentro de poco cumplirá 25 años de carrera -ha vendido más de 25 millones de discos en todo el mundo y ha conseguido 16 premios Grammy, entre latinos y anglos- y en julio de 2014 volvió a ser padre, esta vez de una niña, de nombre Alma, con Raquel Perera, su mujer desde 2012. Hablamos con él -de todo- en un hotel de Madrid.

Pregunta: Suele asociar discos a etapas de su vida. ¿En qué etapa vital se encuentra con este?

Alejandro Sanz: Debe de ser positiva, porque todos los temas de los que hablo en el disco los trato desde un punto de vista muy positivo. Incluído el sencillo, 'Un zombie a la intemperie'. Por cierto, que mucha gente creía que me iba a disfrazar de zombie, pero no tiene nada que ver con ello: es el alegato de un tipo que se marcha y, al final, reconoce que donde mejor está es en su casa.

 
P. En el tema 'Capitán Tapón', ¿es la voz de su hijo de tres años, Dylan, la que se escucha?

A.SSí. Tengo una dicotomía con esa canción: no sé cómo le va a sentar Capitán Tapón cuando tenga 14 años. Sé que con 30 la va a agradecer, pero cuando eres adolescente las cosas se ven de otra manera. Así que pensé que la única forma de que no me agreda cuando tenga 14 años era incluirle en la canción y hacerle cómplice de ella [risas].

P: Su hija pequeña, Alma, nació el año pasado. ¿Cómo lleva lo de estar rodeado de niños tan pequeños con 46 años?

 
A.S: A mí me encanta. Siempre he dicho que quería tener muchos hijos, y no sé si me voy a plantar en cuatro o tendré más. Me gustan mucho los niños, creo que le dan a la casa una vida increíble. Además, es asombroso lo que descubre uno con niños de 0 a 6 años. Mi hijo Dylan, con tres años, habla cinco idiomas. Acude a un sistema educativo que Raquel [su mujer] encontró.

 
P: Volvamos al disco. La canción 'No madura el coco', ¿está relacionada con Venezuela?

A.S: Está claramente relacionada con Venezuela, pero no es tan claro que hable de política. Después de escribirlo, ese tema, una noche, empezó a hablarme -yo creo que las canciones tienen vida propia-, y me di cuenta de lo que la letra estaba diciendo: tiene que ver con la propia tierra quejándose del abuso por parte de la gente, del mal uso que el ser humano hace del conocimiento, las ambiciones, las envidias...

P: En 2007, Hugo Chávez le prohibió tocar en Venezuela por las críticas al régimen. La situación en el país, con Nicolás Maduro, ha ido a peor...

A.S: A mucho peor. Yo no soy sospechoso de ser chavista; de hecho, yo con Chávez no tenía una buena relación. Pero es que este señor [Nicolás Maduro] todavía tiene muchos más problemas. Yo creo que el coeficiente intelectual ha bajado muchos puntos, porque el otro [Chávez] era un tipo que tenía inteligencia. La usaba para mal, desde mi punto de vista, pero la tenía. Sin embargo, este hombre deja mucho que desear en ese sentido. Es una copia mala.

P: Siempre ha sido un activista político, social, ecologista... ¿Es respetable que un artista no se quiera mojar?

A.S: Sí, claro que es respetable. No es obligatorio. Pero yo, como ser humano, me siento comprometido con determinadas causas. Sé que dispongo de un altavoz más grande que un señor que trabaja, por ejemplo, en una carpintería, pero lo primero que me llama es mi condición de ser humano.

P: Muchos desconfían del artista que hace esto. Creen que es promoción.

A.S: No creo que ningún artista necesite promocionarse a través de estas causas. De hecho, no creo que sea una promoción extra, ni mucho menos. Lo importante es que si tienes la oportunidad de hacerlo y te lo pide el cuerpo, lo hagas. Yo prefiero irme con Médicos sin fronteras a Zimbabue o al Polo Norte con Greenpeace. Eso es un viaje de placer de verdad.

P: Precisamente, el año pasado estuvo en el Ártico con Greenpeace para concienciar sobre la necesidad de proteger ese ecosistema.

 
A.S: Sí. De hecho, cuando estuve en la Casa Blanca le entregué a Obama una carta sobre el Ártico, y él nos contestó comprometiéndose a luchar contra las prospecciones petrolíferas en ese territorio. Se denegaron varios permisos que se había concedido a petroleras de Estados Unidos. Conseguimos cinco millones de firmas para que se pararan las prospecciones.

P: Hace un año que nos dejó Paco de Lucía, gran amigo suyo. ¿Le sigue echando de menos?

A.S: Muchísimo. Paco era un faro en mitad de las oscuridades que todo el mundo tiene y, por supuesto, yo también. Relativizaba todo, ponía las cosas en su sitio con dos palabras. Y, a veces, ni eso: con su actitud. Claro que le echo de menos. Algunas ausencias se notan más.

P: ¿Cómo consiguió que tocara para su segundo disco, 'Si tú me miras'?

A.S: Él era del pueblo de mi padre, Algeciras. Yo tenía relación con sus sobrinos y con su hermano. Me llamó porque a sus hijas les gustaba mi música, y yo creo que en el fondo a él también le gustaba. Venía muchas veces a casa a escuchar lo que había hecho y siempre me decía «tú eres un músico que canta, no eres una de esas vedettes que hay por ahí» [risas], porque él pensaba que había muchas vedettes en la música pop. Y tiene razón.

P: En 'Sirope' hay menos aires flamencos que en otros discos.

A.S: Quizá menos obvios, sí, pero la forma de frasear mía es flamenca. Cuando yo le pongo mi música a un flamenco sabe que cuando cierro una frase lo estoy haciendo donde lo haría un flamenco.

P: ¿Se permite caprichos de estrella?

A.S. No. Lo que ocurre es que hay cosas... Por ejemplo, cuando publican el rider de una gira la gente piensa que eres prácticamente un esquizofrénico. Pides 20 huevos duros, 20 sándwiches de atún... Claro, pero es que si tienes a veinte tíos cargando y descargando pides 20 de todo. Normalmente en mi camerino hay fruta, cerveza, coca-cola... Lo normal. Pasas muchas horas allí, viene gente... Pero a medida que va pasando el tiempo cada vez necesito menos cosas.

P: Ya han pasado casi 25 años, pero hubo un momento, al principio de su carrera, en que la fama le superó.

A.S: Era muy joven. De repente, pasé de poder salir tranquilamente a la calle a encontrarme con que llegaba a un sitio y todo el mundo me miraba y comentaba. El éxito crea envidia, y hay gente que estropea la envidia, porque es muy bonita cuando la maneja un sabio, pero cuando la maneja un torpe la convierte en odio. Era muy difícil, y me fui a Sanlúcar a refugiarme. Me encerré en una casita y, poco a poco, fui entendiendo y sacando la cabeza. Y ahora, lo que me echen. 

Un coach con cara solidaria

 
 
El cantante ha debutado como coach en la tercera edición del talent show La Voz. Mientras, sigue colaborando en causas medioambientales. Alejandro Sanz -Sánchez, en realidad- tiene cuatro hijos: Manuela, Alexander, Dylan y Alma; los dos últimos, con Raquel Perera, con la que se casó en 2012.

Este es el link de la entrevista: http://www.finanzas.com/famosos/20150506/alejandro-sanz-cada-necesito-2932277.html